Mushroom hat

Mushroom hat: dícese del gorro con forma de hongo. Esa prenda que, después de fichar en la bonita cabeza de varias celebrities (Naomi Watts, por ejemplo; he buscado prueba visual en internet pero no ha habido manera... Me conformo con una de las gemelas Olsen, aunque me revienta un poco), me decidí a comprar después de ver uno curioseando por la sección masculina de H&M. Si os preguntáis que quién me manda ir por la sección masculina de H&M… Pues ahí va una recomendación: de vez en cuando tienen unos calcetines monísimos estampados -no aptos para talla china del pie, pero a mí me quedan perfectos-. Volviendo al tema, de repente veo un gorro con las características descritas, en color Burdeos y con un punto grueso muy bohemio que me encanta. Al probármelo, descubro además que no me sienta ni tan mal.

Con el viaje a NY en mente, decido comprármelo para llevar algo trendy esos días, teniendo en cuenta que con el frío que esperábamos sólo se me iba a ver la nariz. Hala, me lo llevo. Y llegando a NY… Lo estreno. Y le pido a mi Propio que me fotografíe en todos los ángulos posibles porque sé que estoy mona, pero DEBO cerciorarme. En fin, después del book, descubro la cruda realidad. No es que me quede mal, nooooo, no voy a ir de modesta a estas alturas, que ya me lo probé en la tienda y me gustaba… Es que el gorrito no para de moverse y nunca está en su sitio!!! Con lo cual, cuando no parezco idiota porque me cubre media frente, parezco salida de una secta que te obliga a cubrirte la cabeza, porque aunque el gorro esté bien calado, el pelo, que debía quedar estirado hacia atrás, se me ha abombado en un tupé absurdo que me sienta como un tiro!!! Además, por detrás nunca se queda en la forma en que lo dejé!!!! Pese a eso, recién llegada a Santander me voy a dar una vuelta, y como llovizna, decido ponerme mi gorro. Mmmm, veo un Zara, lo he echado de menos, así que entro a ver que ha cambiado en los últimos… seis o siete días. Entro con mi trendy-gorro-hongo. Busco un espejo para cerciorarme de lo ideal y moderna que estoy. Otra vez, se ha deslizado por mi cabeza de mil maneras imposibles y estoy ridícula. Da igual, seguiré intentándolo. El cojogorro no se me resistirá este año. Tengo documento gráfico, ya os lo he dicho, y reeditaré el post cuando pueda para colgar una prueba... Nada que ver con lo mono que le queda a la niña Olsen en cuestión, claro. Más bien así:

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