domingo, 21 de diciembre de 2008

I-MITÓMANA

Esto viene al hilo de un post de Garaz en el que, hablando del porqué del título de su blog, desvelaba la lista de las personas de las que es fanática (bien Garaz, todas ellas tienen oficio y beneficio, el lado oscuro de la superficialidad todavía no ha hecho mella en ti…). Para quien le interese, link: http://numero13callemelancolia.blogspot.com/2008/11/hroes-y-obsesiones.html

Pues bien, yo le di vueltas a l asunto, quería incluir un comentario en su post con las personas que inspiran esos sentimientos en mí, y por más que lo intenté no encontré ninguna. Eso me llevó a pensar también en los mitos, enlazándolo con fan y fanatismo. Tampoco tengo ningún mito, ni creo haberlo tenido en la adolescencia. entonces, ¿yo que tengo? De esta manera, caí en la cuenta de que mis intereses son más bien anónimos y genéricos, lo cual me lleva a definirme de otra manera, colateral a las anteriores, pero más cutre: imitómana, i+mitómana. O hablando en plata, copiona. Así que mentalmente he desarrollado mi teoría del i-mitismo.

Qué imitamos -o al menos, qué imito yo-:

1.- Tendencia.- Lo que vemos en la calle, que, nos guste o no, se repite una y otra vez, y entonces decidimos que está de moda. Como está de moda, nos unimos a ella. Ejemplo claro: los zapatos abotinados de cordones. ¿No son más bien ortopédicos, como de la Srta. Marples? Pero a la vez, como los lleva todo el mundo y las revistas chillan que este año arrasa el look lady, allá que vamos. Nos convencen. Y nos vemos monas con ellos. Lo mismo pasa con los leggins, las mallas de los 90. Y qué me decís de la comida japonesa? Como está de moda, todos picamos, y aunque al final te encante lo cierto es que las dos primeras veces lo pasas hasta mal con el atún crudo… Vamos, que si fuese un menú libanés el que produce tanta aprensión, no lo vuelves a repetir. Pero la comida japonesa, porrrrrr favorrrrrr, si le encanta a todo el mundo, cómo no me va a gustar.


2.- Look concreto de la niña requeteideal de Serrano que te cruzas. O de Kate Moss, o de la estilosa oficial del curro. Cuando la ves, te pones a repasar mentalmente tu armario para cerciorarte de que tienes todos los elementos necesarios para llevar ese look. Y si no es así, te las ingenias para pergeñar algo parecido.

3.- Las buenas ideas. Así de crudo, ¿y por qué no? Si vas a cenar a casa de alguien y te ofrece un menú riquísimo y tirado de organizar, un viaje apetecible, un restaurante, una nueva tienda, un elemento decorativo que funciona… Realmente, este es el meollo de la imitación. Pero en el fondo es un honor para el/la imitado/a y la fuente de las tendencias, con lo que creo que aquí cierro el imito-círculo. Seguro que se os ocurren otras muchas cosas.

Si queréis, a la imitación podemos denominarla inspiración, cuando no es tan evidente. Pero, sinceramente, ¿no somos todas un poco imitómanas?

3 comentarios:

Garaz dijo...

Qué genial reflexión... sobre todo el de copiar el menú o parte de él de una casa cuando te invitan a cenar...

La reflexión me lleva a pensar que aparte de fanática-histérica, soy cutre-imitadora... Esto hace que me conozca un poco más a mí misma...

Gran post!!!

Lei dijo...

que razon tienes con lo de los zapatitos de mary popins! pero... yo quiero unos!!!!!

Cuatro ideas dijo...

Jeje, yo no he caído en los zapatos (demasiado tacón para mi día a día), pero sí en toooodo lo demás.

Por cierto, el otro día me pusieron para cenar unas zanahorias... :-)