En la tele. ¿A que Se lo que hicisteis es malo? En un doble sentido, además, porque el programa no se caracteriza por su calidad y la temática es viperina total. ¡Critican a todo lo que se menea!! Pero,¿ cuánta gente opta por ver La 2 y sus entretenidos a la par que formativos documentales en vez de este programa (o el reality Fama, o el Tomate de turno??). Las series. Las hay buenas, decentes, malas y remalas. Aunque las buenas tienen su dosis de perversidad (qué buena serie carece de personajes muy malos?) las dejaremos de lado, porque tienen calidad. Las malas, al igual que los programas televisivos, tienen todo el repertorio de maldad que puedas desear: malos diálogos, malos actores, personales malvados y tramas patéticas!! El primer capítulo te espanta, pero le das una segunda oportunidad. Y ahí la has cagado. Te atrapa maquiavélicamente! Como ya he comentado, me he enganchado a Gossip Girl, por ejemplo. ¡Y mira que es mala! Me río cada vez que lo pienso, porque la temática no puede estar más alejada de la realidad (adolescentes que van al cole en limousina, protagonista que, con 17 años, ha vivido más que Madonna y Dita Von Teese juntas…). Pero mira tú por dónde, no puedo parar.

En la comida. No hacen falta muchas explicaciones. ¿Quién opta voluntariamente por la fruta en sustitución de un helado, un postre calórico, o un poco de chocolate?? ¡No seré yo!! Y después del postre, café, copa y puro. ¿Quién se toma con agrado una manzanillita y punto? Pero, ¿y si hablamos de un cortado seguido de un ron con cocacola?
Y también está el tema del sedentarismo versus el deporte, vida al aire libre, etc. Si tenéis un ratito, ¿os vais a hacer de shopping o senderismo? Si eliges lo primero, además, consigues un doble efecto perverso: en tu culo y tu bolsillo.
En la ropa también se puede elegir entre bueno y malo. Ocho prendas de Berska, Zara y Mango contra una de Purificación García, Pedro del Hierro o Ángel Schlesser. Me encantaría ser capaz de “invertir” en ropa, pero yo elijo el consumismo agresivo de las grandes cadenas. A la larga saldré perdiendo, pero el gustito que da comprar ocho cosas en lugar de una…
Los hombres. Aquí la selección natural y el tiempo juegan a nuestro favor y a medida que maduramos hacemos mejores elecciones. Pero en la adolescencia, nos gustaba el malote desgreñado, y menospreciábamos al buen chico, estudioso y acicalado. Lo peor es que el primero no solía hacerte caso, se iba con la versión femenina de sí mismo. Qué traumas durante una época a costa de estos rebeldes sin causa.
La cultura. Optar por leer “La Teoría de las especies” de Darwing, ¿es mejor o peor inversión intelectual que el Hola o el Suplemento Dominical de cualquier diario? Pero, ¿qué preferís para un domingo por la mañana?
La belleza. Dedicar horas a depilarse, exfoliarse, cuidarse y peinarse es garantía de éxito. Dejarse la melena corporal al viento, los granos, las lorzas y la dejadez capilar están muy mal vistos.
A lo mejor el problema es que, desde la antigüedad de los tiempos, filósofos y pensadores de la ética han confundido los términos. ¿No sería mucho más fácil todo si estar entradito en carnes estuviese de moda y los intelectuales fuesen los que recitan el Cuore de pe a pa? ¿No nos estamos exigiendo más de la cuenta?
