miércoles, 30 de septiembre de 2009

YA NO ME SIENTO (TAN) JOVEN

Durante un largo período, en concreto 11 años, me he sentido como que el tiempo no pasaba por mi persona, no tanto física como mentalmente. Lo cual no está mal, por cierto, porque pensaba –y sigo pensando- que la edad física viene determinada por la mental, si te encuentras joven ERES joven.

Yo me había quedado en los 22…. Lo sé positivamente, porque cada vez que llegaba a mis oídos que alguna amiga salía con un tío de 34 ó 35 años, instantáneamente lo catalogaba como un viejo. Me costaba unos segundos darme cuenta de que estábamos hablando de una persona muy cercana en edad…

De repente, el peso de estos 11 años ha caído como una losa sobre mi conciencia. Porque acabo de darme cuenta de una cosa: cada vez me siento menos capacitada para justificar mis errores en la falta de experiencia. La falta de experiencia que va aparejada a la juventud, se entiende. Con 33 para 34 años, esta justificación ya no me vale. Si meto la pata me molesta, me atormenta y no encuentro más consuelo que el aprendizaje que el error conlleva. Hasta ahora, los errores en general no traían aparejada una conclusión más profunda que el “esto ha ocurrido por esta razón” y el “no puede volver a pasar”. Ahora entra la variable “esto no debería haberme pasado”. Y por qué… por que ya soy mayorcita, ¡joder caracoles!

¡¡¡¡Ciao, 22!!!!